Alcanzó los 21 kilómetros en dos horas y cinco minutos;
"No me imagino mi vida sin el running, es un tipo de muerte lenta.
Voy a correr hasta que no pueda más".
La misma rutina todas las mañanas. Se levanta a las cinco, desayuna y sale a la calle a correr. Corre por día unos ocho kilómetros, dependiendo del clima. Se mantiene con una estricta dieta en la que tiene prohibido las azúcares, la sal y el café. Así se entrena y se mantiene vigente esta mujer que rompió en récord mundial de media maratón en su categoría.

Dos horas, cinco minutos y 13 segundos fue su marca en la Geneva Marathon, la última carrera de 21 kilómetros que corrió en su categoría +85 años en el mes de mayo, un tiempo que batió ella misma cuando el año pasado había alcanzado las dos horas, doce minutos y 37 segundos en la misma competencia en Génova.
En su corta carrera como corredora de media maratón tiene en su historial 500 medallas y más de 80 récords mundiales que logró a medida que fue cumpliendo años.
Cuando le diagnosticaron osteoporosis y su cuerpo rechazó los posibles tratamientos con inyecciones y medicamentos, uno de sus cuatro hijos la convenció para que intentara la práctica del running a modo de distracción. "Mi hijo corre tres veces al día y me invitó a que empiece a hacerlo con él. Esas primeras salidas eran: tres pasos corría, tres pasos caminaba.", confesó Larkin, que un año después participó de su primer carrera.
En 2013 logró su primer récord en su categoría +70, quitándole el tiempo a la alemana Melitta Czerwenk de dos horas y 30 segundos. Desde ese primer premio su motivación no frenó, y el año pasado corrió nada menos que 65 carreras.

En septiembre cumplirá 86 años, pero lejos está del retiro. Los años no la intimidan y cada día la motiva para seguir corriendo y sentirse más vital. "No me imagino mi vida sin el running, es un tipo de muerte lenta. Voy a correr hasta que no pueda más".
Publicado en Diario La Nación el 6/7/2017
Publicado en Diario La Nación el 6/7/2017