Alcanzó los 21 kilómetros en dos horas y cinco minutos;
"No me imagino mi vida sin el running, es un tipo de muerte lenta.
Voy a correr hasta que no pueda más".
La misma rutina todas las mañanas. Se levanta a las cinco, desayuna y sale a la calle a correr. Corre por día unos ocho kilómetros, dependiendo del clima. Se mantiene con una estricta dieta en la que tiene prohibido las azúcares, la sal y el café. Así se entrena y se mantiene vigente esta mujer que rompió en récord mundial de media maratón en su categoría.
Deirdre Larkin es una sudafricana que desde que terminó la universidad no volvió a correr de manera regular, pero que en 2009, cuando le diagnosticaron osteoporosis, decidió volver. Pianista de profesión y maestra, la mujer de 85 años cambió su estilo de vida y no paró de quebrar récords en esta disciplina.
Dos horas, cinco minutos y 13 segundos fue su marca en la Geneva Marathon, la última carrera de 21 kilómetros que corrió en su categoría +85 años en el mes de mayo, un tiempo que batió ella misma cuando el año pasado había alcanzado las dos horas, doce minutos y 37 segundos en la misma competencia en Génova.
En su corta carrera como corredora de media maratón tiene en su historial 500 medallas y más de 80 récords mundiales que logró a medida que fue cumpliendo años.
Cuando le diagnosticaron osteoporosis y su cuerpo rechazó los posibles tratamientos con inyecciones y medicamentos, uno de sus cuatro hijos la convenció para que intentara la práctica del running a modo de distracción. "Mi hijo corre tres veces al día y me invitó a que empiece a hacerlo con él. Esas primeras salidas eran: tres pasos corría, tres pasos caminaba.", confesó Larkin, que un año después participó de su primer carrera.
En 2013 logró su primer récord en su categoría +70, quitándole el tiempo a la alemana Melitta Czerwenk de dos horas y 30 segundos. Desde ese primer premio su motivación no frenó, y el año pasado corrió nada menos que 65 carreras.
"Siempre hay un momento en el que no creo todo lo que logré, pero al día siguiente mi cuerpo me lo hace sentir y me recuerda que fue verdad", recuerda Larkin en una entrevista para un medio de su país. "Mi sangre empezó a moverse con mayor frecuencia por mi cuerpo, ya no siento frío, siento todos los músculos de mi cuerpo, no sabía que tenía tantos. Me siento mucho más viva".
En septiembre cumplirá 86 años, pero lejos está del retiro. Los años no la intimidan y cada día la motiva para seguir corriendo y sentirse más vital. "No me imagino mi vida sin el running, es un tipo de muerte lenta. Voy a correr hasta que no pueda más".
Publicado en Diario La Nación el 6/7/2017
Publicado en Diario La Nación el 6/7/2017
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