"Me siento como si fuera más joven", dice Jorge Guillermo Segreda, de 71 años. "Usted siente que está vivo y que puede dar más de lo que la gente piensa", asegura Trinidad Gómez, de 61 años.
Así se expresan, en un
video promocional, dos de los nuevos empleados de Parque Diversiones, empresa que en junio incluyó en su nómina a 17 adultos mayores.
Para ellos, la posibilidad de optar por un trabajo a sus edades es una fortuna, pues les permite saberse útiles y mantenerse activos.
Sin embargo, se trata de un caso casi aislado, pues del total de personas mayores de 60 años en Costa Rica, solo la cuarta parte tiene un empleo.
Así lo confirma la Encuesta Continua de Empleo (ECC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), con corte al segundo trimestre de 2017.
La medición indica que, de un total de 740.105 personas mayores de 60 años, solo 175.066 están ocupadas; es decir, menos de la cuarta parte.
En la otra acera están los desempleados, que suman 7.807, mientras que 557.232 quedan excluidos de la fuerza laboral.
En este último grupo, es importante destacar que muchas de esas personas en edad avanzada están al cuido de otros adultos mayores. Por lo tanto, ahí hay un subregistro injusto, considera Zulema Villalta, presidenta del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam).
"Decir 'fuera de la fuerza de trabajo' es minimizar el número de población que no está en la fuerza de trabajo formal por falta de oportunidad... El cuido no se computa, y a ellos se les sobrecarga esta labor no remunerada y de tanto impacto", expresó la funcionaria.
Cambio de paradigma
Aunque en Costa Rica se considera adulta mayor a la persona con 65 años o más, y la encuesta sondeó a ciudadanos a partir de las seis décadas de vida, lo cierto es que esta realidad vislumbra un mismo panorama para quienes se encaminan hacia esa etapa.
Pero, ¿no se supone que lo óptimo en la tercera edad es disfrutar de la jubilación si la persona ha trabajado durante toda su vida?
"La recreación y el descanso son un derecho humano inobjetable, pero aquí hablamos de un nuevo paradigma de empleabilidad desde la perspectiva del incremento en el número de adultos mayores y edad activa", aseveró Villalta.
La proyección del INEC y del Centro Centroamericano de la Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) es que, en tres décadas, este grupo etario se triplique. Pasaría de 476.000 personas mayores de 65 años en el 2020, a 1.280.000 en el 2050.
Por eso, instituciones como Conapam y el Ministerio de Trabajo intentan hacer entender a la colectividad el papel del adulto mayor actual en un contexto en el que el empleo no solo resulta dignificante sino indispensable.
"Es necesario tener en cuenta que el derecho a descansar es una opción personal y nunca una imposición social. Las pensiones son muy bajas y las necesidades, muchas. Por eso, trabajar más años, incluso después de pensionarse, es un derecho inalienable", prosiguió la presidenta de Conapam.
Un ejemplo de estos ciudadanos quienes necesitan del trabajo para sentirse plenos es Cecilia Loría, vecina de Tibás, quien tiene 89 años, 54 de los cuales se ha dedicado a las ventas ambulantes en San José centro.
"No me voy a quedar de vaga en la casa; no me gusta. Aquí estoy viendo gente y sentada, entonces estoy tranquila", afirmó.
Con Villalta coincide Isela Corrales, gerontóloga y directora de programas de la Asociación Gerontológica Costarricense (Ageco), quien insiste en la urgencia de romper el mito de que la gente se vuelve improductiva después de cierta edad.
"Una persona de 80 años, con todas sus capacidades mentales, puede aportar muchísimo a la sociedad... Cuando hablamos de la parte laboral en adultos mayores, hablamos de un derecho. Se trata de acceder al trabajo para optar por condiciones de vida dignas; un empleo remunerado para tener calidad de vida en la vejez", afirmó.
Eso sí, las condiciones para esos empleados deben ser distintas, aclaró la especialista; es decir, jornadas más cortas y menos extenuantes.
El abismo de la informalidad
De las 175.066 personas adultas mayores que tienen un empleo, una tercera parte trabaja en el sector informal, en labores como ventas ambulantes o de cuidacarros, comentó la dirigente de Conapam.
Tal realidad coloca a estos ciudadanos en una situación de mayor vulnerabilidad, pues se exponen a flagelos como salarios que no llegan al mínimo, inseguridad por riesgo de asaltos y agresiones en la calle, y falta de una pensión por no cotizar.
Quienes sí se desempeñan en regla con la ley, lo hacen en áreas como agricultura, ganadería, pesca, manufactura, gestión de desechos, construcción, mantenimiento de casas, transporte, hotelería, restaurantes, entre otras.
Urgen incentivos empresariales
En otro grupo se encuentran quienes, por falta de opciones, no pueden sumarse a la fuerza laboral, aunque así lo deseen.
Sin embargo, la falta de estímulo para que las empresas contraten colaboradores de 65 años o más es una limitante.
"Es urgente incentivar a la empresa privada para que brinde oportunidades. Un 40% de los adultos mayores que no trabajan están deseosos de hacerlo", enfatizó Villalta.
Según comentó la representante del Conapam, desde el enfoque de la nueva empleabilidad que promueven no solo esta entidad sino el Ministerio de Trabajo, se busca ofrecer alternativas acordes con esta población.
Labores como hidroponía, avicultura, repostería, catering service o maquila son algunos de los empleos que se vislumbran. Esto luego de encuestas realizadas entre personas de este grupo etario.
"Hay costureras, sastres, zapateros, músicos, que desean trabajar, ya sea dirigiendo o contratando gente joven y capacitándola", agregó la jerarca.
Tanto Villalta como Corrales consideran preponderante cambiar la imagen socialmente negativa del envejecimiento, labor que, estiman, debe emprenderse desde el sistema educativo.
Ministerio de Trabajo y municipios se alían para crear oportunidades
Un nuevo programa entre el Ministerio de Trabajo y las municipalidades de Cartago, Heredia y Alajuela, intentará empoderar a la población adulta mayor en temas de desarrollo integral y despertar en ellos el espíritu emprendedor, para que tengan más acceso al trabajo digno.
Así lo confirmó Marcela Jiménez, trabajadora social de la Dirección Nacional de Seguridad Social de dicha cartera, quien dijo que las acciones en los cantones centrales de esas provincias empezarán a inicios del 2018.
Se trata de un trabajo conjunto en el que el ministerio aportará la formación técnica y los municipios se harán cargo del financiamiento. Este consiste en conseguir los sitios donde se impartirán las capacitaciones y los materiales para llevarlas a cabo.
¿Por qué se inicia con esos tres ayuntamientos? Porque son cantones donde ya se tenían identificados distintos grupos organizados de personas adultas mayores. Sin embargo, la idea es que la experiencia se vaya multiplicando en todo el país.
Formación integral
La iniciativa del ministerio y las municipalidades se ejecutará en tres etapas. En la primera se trabajará la promoción de temas generales sobre el envejecimiento y se abrirá espacio a dirigentes comunales, para que cumplan función de coordinadores en los distintos grupos de adultos mayores y sirvan de agentes multiplicadores en las comunidades.
En una segunda fase, el programa se enfocará en señores que estén desarrollando algún emprendimiento, para que adquieran destrezas y saquen adelante su negocio. En ese sentido, recibirán capacitación en temas como el plan de mercadeo, el presupuesto, la idea del proyecto, el público meta, entre otras.
La etapa final es la creación de una red de personas emprendedoras, afirmó Jiménez.
Según dijo la funcionaria, desde el 2014, el Ministerio de Trabajo empezó a ejecutar acciones dirigidas al sector de la tercera edad.
De hecho, contaban con un programa en el que se daba acompañamiento a unos nueve grupos de todo el país. Ellos recibían formación en temáticas como derechos, prevención de la violencia, mitos sobre la vejez, envejecimiento activo y saludable, entre otros.
Sin embargo, ante la escasez de recursos, fue necesario cambiar de estrategia e incluir en la ecuación a los municipios y a las fuerzas vivas de las comunidades.
*Colaboró con esta información: John Durán.
PUBLICADO EN DIARIO LA NACIÓN