Imagen extraída de diariovivo.com |
Sin embargo, hasta el momento, nada de lo que se propuso en la campaña se está cumpliendo y cada vez hay más aumentos, sobre todo en los alimentos quedando desamparados principalmente los jubilados y los niños.
El DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) denominado "LEY DE BASES Y PUNTO DE PARTIDA PARA LA LIBERTAD DE TODOS LOS ARGENTINOS", también conocida como Ley Ómnibus, porque trata muchísimos temas y de los más variados propone reformas electorales, fiscales, previsionales, de huelga y consta con más de 600 artículos.
Por esta razón miles de argentinos y ciudadanos, nucleados en agrupaciones y autoconvocados, se reunieron todos los días, para impedir que se apruebe esa reestructuración del país que se propone. Pero finalmente anoche tuvo la aprobación en la cámara de diputados y afuera del congreso, en las calles, estalló el enojo popular, se desbordó la situación y hubo represión. En los diferentes medios de comunicación relataban los hechos y como los policías ejercían su poder hasta con gente que solo pasaba por el lugar.
Es tristísimo lo que se está viviendo. Da una sensación de incertidumbre, de angustia, de desidia, de que se están perdiendo todos los derechos que se gozaban hasta el 9 de diciembre del 2023, de que se está vendiendo la patria. Si bien, hace unos cuantos años que los argentinos viene sufriendo por las decisiones políticas de gobiernos que solo buscaban su beneficio propio, hoy en día no saber si se va a poder conseguir una casa en alquiler, conseguir los alimentos, que el sueldo no rinde hasta fin de mes y no dan confiabilidad de poder pensar en un futuro estable hace que la violencia sea cada vez peor.
Los hechos de estos tres días, tuvo graves consecuencias. Hubo algunos policías heridos pero también muchísimos periodistas de cualquier medio, afín al gobierno o no, que estaban cubriendo lo que ocurría.
Ojalá que no pase mucho tiempo y que realmente los argentinos podamos tener un gobierno que piense en nuestras libertades individuales y colectivas, que podamos tener un país sin violencia. Que se pueda salir a la calle tranquilos, sin pensar en que tal vez le estamos dando el último beso de despedida a nuestros seres queridos. Que se piense realmente en los jubilados y en los niños, que no sean solo un eslogan de campaña, cuando hablan de pobreza cero. Que se reestructure el país, pero sin tantos cambios y sin querer borrar la idiosincrasia del argentino. Sin querer borrar nuestra identidad. Sin vender la patria. Pero todo esto parece una utopía.
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