Por Sara Flores, estudiante del Plan FINES II, Comisión 967
El viento suave de primavera me acarició.
Me dí cuenta que traía un mensaje.
Me acariciaba en el jardín, mirando una planta de rosas blancas;donde comenzaban a
asomarse sus primeros pimpollos.
Añorando y sonriendo al mismo tiempo, mi mente viajó. Recordé el momento cuando la
plantábamos con mi esposo ÁNGEL.
Él se ponía muy contento cuando esos pimpollos crecían, ya que le gustaba regalarme rosas.
El viento en mi rostro, me hace volver en sí.
Tomo y coloco un pimpollo en un pequeño florero junto a la foto de mi esposo.
Ha crecido, se convirtió en la flor más grande que he visto.
Tan blanca como las nubes.
Su brillo irradia luz en mi hogar.
Le dije: ÁNGEL, ESTA ES LA ROSA QUE TANTO TE GUSTA...
Él me respondió a través de la flor,
con la evolución de su crecimiento me da aliento.
A un año de su partida, la maravilla de la naturaleza me ayuda a seguir viviendo.
Me dejó acompañada de una gran familia de sobrinos, hasta sobrinos nietos, siendo los hijos que no pudimos tener.
ÁNGEL amaba la vida y aún me ayuda a sonreír.
En el camino quedé yo... Sara.
Hoy me encuentro luchando contra esa inmensa falta, los dolores cada día se sienten más,
hasta lo externo parece doler mucho.
Pero su amor se gesta dentro de mí y me ayuda a luchar contra los avatares de la vida.
Levanto mi cruz y sigo adelante.
El viento suave de primavera golpeó mi ventana.
Me di cuenta que traía un mensaje...
Asombrada miro hacia el cielo, que curioso!
Veo el reflejo de un ÁNGEL, su luz eterna encandila mis ojos, su paz me da paz, sus alas
abrazan mi alma.
Es mi ÁNGEL GUARDIÁN que le da calma a mi corazón y alivia mi pesar.
Levanto mi cruz y sigo adelante...
Me preparo una taza de té, y mirando sus fotos recuerdo cuando me comentaba lo difícil que
fue su infancia y de los sueños que no pudo lograr, como el de ser arquitecto o de tener un
negocio propio.
Pero tuvo otros sueños, un sueño de familia y trabajo que hasta hoy es reconocido y admirado.
Se dedicaba a la construcción de casas, y en ellas dejó con sus manos un sello marcado.
Siempre alegre y sonriente, animando con sus regalos sorprendentes todas las reuniones,
llenaba los corazones de felicidad.
Tenía alma de humorista con pequeñeces.
Le gustaba disfrazarse para fin de año, porque esperaba el nuevo año con alegría y rodeado de
sus seres más queridos.
Estos son recuerdos imborrables.
Siempre un luchador.
Antes de enfermarse a los 77 años, logró uno de sus sueños lejanos, construyó su propio
negocio y a los tres meses partió.
El viento suave de primavera me acarició...
Me di cuenta que traía un mensaje...
Entendí que me quería decir algo,
y era que no debía olvidar las buenas acciones y los proyectos de vida en familia.
Que aunque estemos de paso en esta hermosa vida, nuestras acciones seguirán
permaneciendo en la eternidad.
Que no estamos solos aún si así lo sentimos.
El viento de primavera me acarició...
y supe
Que era la mano de mi ÁNGEL PROTECTOR.
2 comentarios:
Hermoso SarA te felicitó
Muchas gracias por tu comentario!!!!
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